Redacción | Lunes 20 de octubre de 2014
TomTom reafirma su compromiso con el medio ambiente al rediseñar el empaquetado de sus productos, para hacerlo más eficiente y rentable tanto en términos de costes económicos como ecológicos.
Al reducir la documentación impresa, el medio ambiente deja de sufrir en dos aspectos: por una parte, se reduce el consumo de papel y tinta, y por otra, se emiten menos emisiones de CO2 a la atmósfera, ya que al ser hasta un 40% más pequeño el nuevo paquete, son necesarios menos viajes para transportar la misma cantidad de unidades.
El primer producto de la gama de TomTom en ver reducido el tamaño de su embalaje es TomTom ONE Classic, que pasa de unas dimensiones de 175 x 175 x 87mm a adquirir una forma de cubo, con 116 x 116 x 116mm y un peso de 485 gramos. La caja seguirá conteniendo cargador para automóvil, soporte de parabrisas, cable USB y paquete de documentación –junto al propio navegador GPS-, habiéndose suprimido los libretos de accesorios, seguridad y licencia de usuario final (EULA).
Ahora, para eliminar las barreras idiomáticas y poder prescindir de la mayor parte de la documentación impresa, se potenciarán los iconos gráficos como principal forma de comunicación, acompañadas del texto que sea imprescindible. Igualmente, el embalaje de TomTom diferenciará por colores los diversos mapas que vienen preinstalados, quedando el naranja reservado para la configuración regional y el verde para la europea.
“Con esta reducción del tamaño de nuestro embalaje no cabe duda de que mantenemos un mayor respeto por el medio ambiente” afirma Corinne Vigreux, directora general de TomTom. “Y todo lo que podamos hacer para mitigar el impacto que los procesos de distribución tienen en nuestro entorno es una obligación moral a la que no podemos darle la espalda”.