Este mercado de la telefonía tiene sus particularidades. Hasta ahora, las operadoras se peleaban por tener el catálogo más extenso de terminales en exclusiva que podría atraer a los "ninjas" del contrato que buscaban sacar tajada en sus cambios de compañía por el mejor postor.
Si bien esto ha sido una tónica general, Telefónica sufrió en sus propias carnes lo que era tener un catalogo "canibalizador" de su oferta y parece que en estos primeros seis meses del año ha dedicado sus esfuerzos más a centrarse en nuevos horizontes que seguir con las espadas en alto por hacerse con los nuevos terminales. La muestra más flagrante es que en el día que se dará a conocer al mundo el nuevo iPhone 4G, parece más que notorio que no habrá exclusividad, por otra parte no buscada ya que el teléfono de Apple vende sus servicios, y no los del operador que lo posee ya que todo pasa a través de la empresa de Cupertino y no queda hueco para "emociones" o "lifes".
Orange, en su papel como tercer integrante del mercado lo vio claro, no hay que atraer si no eres el "incumbente", que también, sino retener cada vez más a sus propios clientes. Por ello lleva tiempo ofreciendo las mismas ofertas si "estás", "te vienes" o "te quedas".
Vodafone es la que ha tardado más en echar el freno. Viéndose sólo en muchas negociaciones, se ha hecho con todos y cada uno de los más flamantes lanzamientos y, por el momento, sólo han hecho negocio los fabricantes que se los han vendido, ya que pese a que algunos puedan haber funcionado bien, el resto siguen acumulados en los almacenes. Quizás es lo que le ha hecho darse cuenta y lanzar el nuevo "plan renove" todos los años, que no deja de ser una nueva forma de vender los vetustos católogos de puntos. Esperemos que en esta ocasión con oportunidades "reales" de canjear tanto la confianza del cliente como su implicación con la operadora a precios razonablemente más atractivos que el mercado libre, algo que no se ha visto aún ni en el sistema del operador británico, ni en ninguno de los otros dos. Porque como sea una estrategia para limpiar almacenes, los modelos de hace seis meses pasan rápidamente a la categoría de reliquias (¿alguien se acuerda del HTC Hero? ¿Alguien se haría con uno cuando en la calle ya están el Legend, Desire, etc etc?).
Con todo esto la pregunta es "¿y Telefónica que?", porque, pese a que a muchos les pese, sigue siendo quien tiene más de la mitad del mercado en España. Pues los indicios parece que van por Android, y el primer peldaño ha sido el reciente IVY, algo que se intuye más que un terminal de marca blanca de Android. Ya han educado a los clientes para que sepan las bondades de llevar internet en el bolsillo, y, como hemos comentado antes, hay fabricantes que han demostrado que incluso la gente está dispuesta a pagar por descargas y contenidos realmente interesante (App Store).
El paso lógico siguiente sería que Telefónica, a través de Android y la libertad que ofrece, además de la falta de plataforma fuera del Android Market (que sigue incluso en dólares) ofreciera un nuevo canal de comercialización de contenidos a través de sus propia "e-mocion". Acertada o no esta predicción, lo que si que es es un paso lógico por que, seamos serios, el hardware ya no es tan importante y lo que marca la diferencia es las posibilidades que ofrezca, y eso sólo se puede hacer a través de aplicaciones.